miércoles, 14 de junio de 2023

DE LA AUSENCIA DE LA INTELIGENCIA

Mi existencia se resume a un simple meme, solo tenía que hacer una cosa... y la hice mal. Lo peor de todo es que ni se cómo debo sentirme, porque en el fondo me vale verga. ¿Debería renunciar a ser parte de la sociedad productiva y retirarme a la montaña a vivir entre las pocas bestias que todavía quedan y morir en el momento preciso, o simplemente seguir intentando y sacar un título que a fin de cuentas no me veo usándolo?

Qué pensáis vosotros si al final no «quiero ser alguien», como cuando de niño se nos pregunta, ¿qué quieres ser cuando seas grande? Y la respuesta típica que las pocas neuronas que teníamos desarrolladas para pensar solo nos hacían responder, «quiero ser alguien en la vida», dando a entender que ser alguien, era ser una persona adulta grandiosa dejando su huella por donde camine.

¿Qué pasa si cometí el error de apuntar hacia allá, cuando mi corazón decía que solo quería ser un vagabundo? ¿Aún hay tiempo de cambiar? ¿Puedo lograr el sueño de no soñar con la grandeza, sino moverme entre los desdichados, los inadaptados y los desvalidos, con la mente perdida y el alma atormentada, bailando con los monstruos que llevo dentro?

Al final, a quién le importa lo que haga el otro. Al final, terminar la partida es fácil. Salir del juego es sencillo, si se aburre uno de la vida.
Pero por qué siento que voy a arrepentirme si me rindo, como si desde el fondo, algo me dijera, «cabrón de mierda, no vengas con esas tonterías, apagar el brillo antes de alumbrar lo máximo no es lo correcto. Poné la cara dura y apretad el culo, que todavía falta mucho por hacer»...


Yerba

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