La gente entonada, bailando y brindando por amor, por dolor o placer.
Yo, fumando un pitillo de tabaco que la marihuana la dejé.
Yo, extrañando el susurro de tu voz en mi cuello mientras tus manos palpaban mi pecho buscando sentir el latir de mi corazón.
El alcohol desestabilizando mis sentidos.
El roce de los cuerpos excitándome de mala gana.
Me emociono, pero el fastidio puede más y salgo.
Tomo un respiro para observar a la luna bajo el estado de embriaguez.
Se torna preciosa a más no poder,
Se deja entrever rojísima para recordarnos que somos reflejos de una mente perversa,
Que esta vida no alcanza sino pa tres picos, una corrida y se acabó.
En medio del trance, medio dormido, medio despierto,
medio somnoliento, medio muerto,
sumo otra calada,
sintonizo con lo pagano
y termino por abrazar a la soledad que es con la que termino el vals de los desamparados.
Malayerba
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