martes, 28 de enero de 2020

EPHEMERAL LIGHT

Lo cierto es que la vida te presenta muchas oportunidades,
lo único que no se debe hacer es dejarse vencer por el miedo,
y en la medida de lo posible,
arriesgarse a todo.

Me era necesario hacer un pare, 
detenerme a reflexionar, 
Cielo me ofreció esa posibilidad.
Tardé menos de lo que creí en comprender aquello,
y actué en consecuencia a ello.

De los infiernos ascendí al cielo, 
tras las rejas de San Pedro estaba ella, 
de blanca pureza en un ángel convertida, 
y a penas me vio llegar, se abalanzó sobre mí, 
sus ojos escarbaron mi alma, 
sus brazos cobijaron mis temores, 
y su boca se pegó a la mía dándome a probar un bocado de paraíso.

—Me pone feliz que estés aquí—me dijo, —pero aún no es el momento, pequeño niño— añadió, 
y dándome un beso en la frente me dio media vuelta, 
una patada en el culo bien cargada de ira bastó para que quedara tirado tras la puerta, 
—¡Vuelve cuando tengas los huevos suficientes para soportar tu insulso martirio, hijo de puta! ¡Que yo de aquí no me voytengo toda la maldita eternidad para esperarte!me gritó,
—así que no me vengas con lloriqueos de niña mimada, 
con llantos de marica, ¡que tú no eres así, chingada madre!... ¡tú no eres así!..— añadió desde la lejanía. 
Yo venía ya en caída, 
perplejo, 
anonadado, 
perdido, 
no fue lo que esperaba, 
me salió el tiro por la culata. 

En el lapso que separa la vida de la muerte, 
y antes de volver, 
en la ciega luz escuché un susurro, 
era un te amo en el viento, 
era un cariño inquebrantable, 
me decía que tenía que ser valiente, 
que use la cabeza y por al menos una vez, piense. 

Abrí los ojos, 
estaba tirado, 
no sé cuánto tiempo habría pasado, 
la luz aún bailaba iluminando el cuarto, 
mis heridas se habían cerrado, 
la cicatriz se fue desvaneciendo, 
entendí de pronto que no habría lugar para mí, 
a menos que lo buscara en lugar correcto, 
y la única forma de lograrlo era empezar por conocerme y aceptarme tal y como soy. 

Aceptar que un fracaso más, 
un niño en el cuerpo de un adulto, 
un idiota en la mente de un genio, 
un volcán sin lava;
entendí que debía aceptar que si me cambiasen por tres pesos, sería caro, 
que no sirvo ni para fertilizar el suelo que piso.
Que la única forma de salir del abismo en el que me hallaba, 
era aceptar que soy un grosero, 
un maleducado, 
un desaliñado,
un hijoputa y un desgraciado. 

Entonces las cosas cambiarían, aunque no fuesen pa' mejor, 
entonces habría un sentido; 
y vivir cagándome en los muertos, 
en dioses y egos inflados, 
sería la ruta de mi desventura;
que daba igual si el cielo estuviese oscuro, 
o si la vida eran dos días, 
de todas formas la mitad ya se había ido en sufrimientos y la otra mitad debía hurgar en los recovecos de la melancolía;
debía ahora sacar toda mi valía en pro de no volver a pisar en falso, 
de no volver a sufrir en vano,
de odiarme un poco menos,
y buscar lo divertido de la vida aunque me toque perder. 


Malayerba for along time...

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