Sufrimiento de marica a la orilla de la noche,
suspiros baldíos acontecen en la vida de un desgraciado,
a quién iba a importunar de todas formas, mi afligido espíritu buscando consuelo,
si de los que habían ya nadie hay,
y al ausentarme, como castigo he recibido un largo trecho entre quienes algún momento consideré cercanos.
Me quedo en la penumbra bajo luna que no se deja ver,
y hablo con el viento prodigándole mis pesares,
a fin de que se los lleve y deje más serena mi alma,
a fin de que en algún vago momento... pueda encontrar yo la calma.
Malayerba
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