Todos vamos a morir, todos vamos a terminar abonando la
tierra de la cual hemos brotado, si nuestra tumba no se limita a una pared de
concreto. Nacemos un día cualquiera, solos, sin acompañante, pero rodeados de
personas si la fortuna así lo amerita. También dejaremos de ser lo que somos y
en lo que estamos en un día como cualquier otro cuando nuestra existencia
llegue a su límite.
No es más, tan solo esos dos puntos se dan para una vida que
ubicada en la línea del tiempo del universo, no es más que un segundo, pero he ahí la oportunidad que se nos brinda
de poder sacar el mejor provecho, el mayor brillo a esas breves décadas, a esos
años que corren como el agua de la cascada entre la roca, ¡vuelan! dicen el
común léxico de la gente; el tiempo vuela cuando somos adultos, pero en la
inocencia del niño las cosas se tardan, no hay prisa en ese entonces, no hay
afán por acabar pronto, la responsabilidad no es muy grande, a menos que el
infortunio otorgue años infantiles nada agradables.
Tomando lo anterior como punto de partida, tan solo una cosa
hay por lograr: Gozar, disfrutar, “pasarlo bien”, no queda nada más por hacer,
dejar de perder el tiempo en banalidades debería ser un castigo mortal o algo similar, a ver si
eso nos regala un choque que nos despierte, que nos haga volver al verdadero
camino, a nuestra verdadera senda que no deberíamos dejar de recorrer.
Desde el punto en el que vemos la luz por primera vez hasta que
lo hacemos como última, ocurren cientos, miles, millones de cosas y situaciones
que nos marcan, que nos brindan experiencias a veces nada placenteras, pero son
esas pequeñas cosas, esas simplicidades las que hacen de cada persona alguien
invaluable y única. Nos topamos en la época escolar con muchas personas que nos
guían, o nos distraen en jugarretas que harán de nuestro tiempo perder, en la
calle, en ese mundo exterior siempre hay algo por hacer, algo por conocer y
debemos mantener los ojos bien abiertos para poder percibir todo el panorama y
no caer en peligrosas andanzas que nos cuesten la vida antes de lo planeado.
Están entonces las personas con buena intención, esas que te
brindan concejos desde su experiencia, desde su propia perspectiva e intentan
hacer que tu seas creador de un buen futuro. Pero también existen aquellas que
aún no han sido lo suficientemente maduras para comprender que en este plano
estamos para colaborar, para contribuir a mantener un mundo en equilibrio
evitando alterar el orden para no crear caos innecesarios, y que terminan
afectando a los demás.
Nuestra labor como gente que ha recibido cierto
conocimiento, cierta comprensión sobre el acontecer de la cotidiana vida, es
hacer lo correcto cada vez que posible sea. Ayudar al prójimo desde el corazón,
desde ese verdadero sentimiento que llamamos amor, es una de las cosas más
gratificante que pueden existir. A veces la felicidad que tanto se busca está
disfrazada de ayuda sin más, pues cuando recibes una sonrisa de quién ha sido
socorrido, el sentimiento de satisfacción es la mejor recompensa que podrás recibir.
Tan solo hay que entender que de toda situación que nos
ocurra por buena o mala que sea algún aprendizaje deja, debemos buscar siempre
esa parte que nos servirá para crecer como seres humanos y poder alcanzar la
plenitud de la existencia.
🌹Malayerba🐉