domingo, 27 de diciembre de 2020

DIMENSIONES

La mirada hacia la oscuridad que cada vez hala más.
Los recuerdos alimentando un alma que se desintegra a paso lento.
Un cigarro que consumen labios que han perdido la facultad de besar;
y un rostro que perdió su brillo y permanece en silencio,
hacen parte de la escena de esta noche.

Una noche en la que el viento se lleva consigo las gotas de lluvia,
funge esta como portadora de una lúgubre verdad:
Que la persona que espero no vendrá ya jamás;
que causas que me son desconocidas la han arrastrado a la fatalidad,
que yo sentado en este banquillo debería dejar de extrañarla y marchar.

A todo esto una solución tan propia como evidente se muestra:
Los sueños.
Debo permitir que los sueños me conduzcan a parajes más allá de las creaciones de la mente.
A lo mejor y en una de estas la encuentre,
a lo mejor y en una de esas la bese;
a lo mejor y en algún recóndito lugar inesperado pueda abrazarla y decirle que en ningún segundo he dejado de amarla...
A lo mejor y es que los sueños me habrán de brindar lo que la realidad en la que despierto me niega.


Malayerba

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