Podrán decir mil cosas de mí, que soy la mierda, que hiero sentimientos de los que empiezan el camino de la vida y que se les desgracia al toparse conmigo; (dadme un machete con filo, unos años de inmortalidad y echad un poco de vicio al bolsillo, y os aseguro que os mato a todos, parranda de hijueputas todos ustedes, los que saben bien que son unos reverendos malparidos, los mato a tOooos y arreglamos este mundo como dicta la norma, vivir bien, vivir bonito),
pero no podrán decir que no las quise con el amor más puro del que nació desamparado ante el mundo, y en su compañía encontró libertad, podrán decir que merezco la muerte, pero jamás que mi muerte fue porque no supe amar de verdad. Amor más puro, duro y sabroso no hay como el del gran Malaya, así me decía alguien un día, lástima que no sepa quien fue, ya no recuerdo, pero he aquí inmortalizado en estas letras.
Mis perras me salpican arena y me recuerdan que de ellas era que hablaba, entonces continúo; adquiridas a los deseos más inocentes de mi niño interno, las acogí con el mayor recelo, mías todo mías en el sentido más elemental de la creación, de lo absoluto, de lo universal. Del de disfrutemos la compañía mientras dure, porque todo un día acabará y más vale sacarle provecho antes de eso. Desperdiciar la vida no está bien. Moriré pronto, hermanos míos, esto no es un aviso, es una causa irreversible de la naturaleza de las cosas.
Moriré, no lo presiento, pero lo intuyo, es del otro lado del río que me hablan las voces, me dicen, ya toca, ya es hora de otra lección con el creador, vamo a morir como Dios manda. Y nada se puede hacer ya, así que por qué no disfrutar de mis perras y su compañía tan amena, tan encantadora, tan libertadora, tan natural, tan pura, tan maravillosa... tan sanadora.
Podrán decir lo que se les venga en gana, pero no podrán decir que de mi parte no recibieron amor de verdad. Publicado a finales de 2024, la cuenta regresiva empieza.
Si desaparezco un día, que alguien coja mis cosas y las revise, en especial mis borradores, hay un misterio en todo ello, un misterio muy bonito y bello.
“...”
Joder, he pensado mucho... hay que llamarla, hay que saber cómo está, hay que joderle la vida, total ya arruinó la mía, qué más da, me quedo con ella y a la mierda todo, total las risas nunca faltarán y reír de verdad es lo mejor de esta vida, y reír junto a ella, lo más importante.
Malayerba
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¡ Que bonito!
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