domingo, 30 de julio de 2023

CIERVO

Todo cura, todo sana, todo tiene, medicina dentro...

Hace rato vengo queriendo escribir esto , pero no sé si realmente merezca la pena leerlo, porque, no mamen, esto que les diré, les importa un culo, jaja, de verdad, es una puta mierda, jajajaja

Esto no es literatura, señora, no de esas mierdas que está acostumbrada a leer para no ver el mundo que tenemos ahí fuera, y cómo nos pide a gritos un auxilio a su favor. Lo estamos matando, señores moralistas, y a ustedes y a su puto egoísmo, les importa un culo dejarnos a todos sin hogar. No crea que me importará menos, si me tiro unos humildes gargajos bien sabrosones en la boca de quienes se sientan aludidos, en forma de sensatos insultos, ¡MALDITOS HIJUEPUTAS!... oooohh qué rico que se siente (explote aquí con la misma expresión en la cara luego de tener un orgasmo con amor).

Tengo frío, cuando debería estar muriendo de calor, en verano. Otros, a la vuelta se están asando a 50° Celsius, CELSCIUS GRADOS, ¡¡¡BOBOS TRIPLEPERRA HIJUEPUTAS!!! (Aquí con la expresión de rabia). Esto no da risa.

Cualquier insulto es válido, si se trata de menospreciar a esos idiotas, que se llaman ignorantes, pero que se dicen asimismo, «personas», que hacen justo lo a que arriba prodigué. Y no me salgan con que todos ignoramos algo, porque yo solo ignoro lo que de verdad importa, como el por qué mi perra de hermoso y reluciente oscuro pelo, como el fondo de un agujero negro, y blanco, como la más pura de las almas, ¡¡¡¡¿ESTÁ REVOLCÁNDOSE EN EL CADÁVER DE UN CUERVO PARA IMPREGNARSE DE UN PUTO HEDOR A MORTECINA?, LA MADRE QUE ME PARIÓ...CAGO EN LA PUUUUTAAAAA!!!! (Aquí con expresión de resignación obligada)

¿Me importa lo que pienses de mí, dices? Porque ¡vaya que me piensas!, para siquiera pensar en preguntar aquello tan evidente.

Pero acércate más y te digo la verdad, no, ven, más cerca, vengaaaa, un poquito más, no tengo fuerzas ya para decirlo alto, eso aquí, en el oído, en el oído está bien, —¡¡¡ME IMPOOOOORTAAAA UN REVERENDO CUUUULOOOOO!!!, y no me arrepiento de putearlos, no me arrepiento de tratarlos como se lo merecen... —Con ese último susurró en este mundo, se desvaneció lentamente el pequeño ciervo, tras mucho tiempo de vagar como el último sobreviviente por lo que quedaba de su bosque, que, ahora, era solo un charco de arena muerta cerca a una ciudad que se extendía como un monstruo devorando todo a su paso.


Malayerba 

No hay comentarios:

Publicar un comentario